Ceazu. El "bodhrán" asturiano
Desde la música más canalla de The Pogues o la más tradicional de The Chieftains hasta acompañar la voz etérea de Eimear Quinn en Eurovision y a Imelda May en su etapa más rockabilly, pasando por la ya mítica "fiesta irlandesa en tercera clase" de la película "Titanic", el bodhrán se ha convertido en el instrumento más reconocible de la música popular irlandesa. Pero ¿es realmente tan exclusivo de su cultura?
En la arqueología experimental, que es la disciplina que trata de descubrir la utilidad y el modo de elaboración de los objetos arqueológicos, suele darse una premisa: «ante los mismos problemas, idénticas soluciones». Y es que, aunque hayamos avanzado tecnológicamente y acumulado grandes conocimientos, el modo de pensar del Homo Sapiens actual no difiere tanto desde los tiempos de Altamira y Tito Bustillo. Si diferentes culturas pueden llegar a las mismas conclusiones ante idénticos retos, es fácil comprender que muy pocos hábitos u objetos contemporáneos puedan considerarse exclusivos de un único lugar. Diferentes pueblos coetáneos suelen llegar a soluciones similares aunque no mantengan contacto entre sí.
Ceazu (cedazo) para labores agrícolas e instrumento ocasional (fondo Museu del Pueblu d’Asturies)
Anciana en Asturies posa en una foto familiar sosteniendo en la mano un ceazu
Ceazu (cedazo) para labores agrícolas e instrumento ocasional (fondo Museu del Pueblu d’Asturies)
La realidad, teniendo lo anterior presente, es que los orígenes del bodhrán son comunes a otros instrumentos musicales similares, incluso de nuestra tierra, Asturias.
El bodhrán irlandés actual es un tambor afinable de bastidor circular que se toca generalmente sentado, en posición vertical, apoyado sobre una rodilla y golpeado con una baqueta.
Aunque desde una perspectiva romántica hay quien quiere ver en él una evocación de los guerreros celtas chocando los pomos de sus espadas en los escudos o el retumbar de los tambores que llamaban a la batalla, el origen más probable es bastante menos épico.
Todo apunta a tiempos más recientes y a un apero agrícola que en algunas zonas rurales del suroeste de Irlanda se aprovechaba para acompañar los cantos y bailes a modo de improvisado pandero. Y es que los utensilios y objetos cotidianos empleados ocasionalmente para producir sonidos musicales, como el tableteo de las cucharas o el restregar de una llave en la payel.la (sartén) fue algo común en las sociedades rurales y empobrecidas de muchos lugares de Europa.
Hablamos en este caso de un apero de labranza para aventar el grano y separar la paja, que en lugar de una malla metálica propia de un tamiz, llevaba una piel fina sin perforaciones. En Irlanda lo llamaban “dildurn” y en Asturies “ceazu” o “bañu”.
En las fotos anteriores vemos varios ceazos conservados en el Muséu del Pueblu d’Asturies y una foto familiar en una aldea asturiana en la que una mujer anciana lo lleva en la mano.
En algunas poblaciones de Irlanda existía la tradición entre su juventud de recorrer los caminos disfrazados tocando estos rudimentarios instrumentos en compañía de flautas artesanales. Ocurría, por ejemplo, en las fiestas de Brídeóg en honor a Santa Brígida y en el día de San Sebastián. Las fotos más antiguas conocidas de estas actividades son las del folclorista Kevin Danaher tomadas en el año 1946, que reproducimos a continuación:
Podemos observar que para entonces el apero propio de las labores del campo ya se había reconvertido en un instrumento musical, despojado de su finalidad originaria, cosa que demuestra, por ejemplo, la inclusión de sonajas y de la cruceta de sujeción.
De su uso musical también queda evidencia en los diccionarios antiguos de inglés-irlandés (como el de Dineen de principios del siglo XX) que ya define “bodhrán” como tambor.
Pero lejos de lo que parece, no podemos considerar el bodhrán un elemento históricamente habitual en la música tradicional irlandesa.
Con sonajas y tocado con la mano aparece en algunas grabaciones sonoras de los años 20 pero su popularidad llegaría realmente mucho más tarde, en los años 60 (del siglo XX), de la mano del músico y compositor Seán Ó Riada ya en plena ola comercial de la música folk.
Rescatado por Seán y difundido por The Chieftains pasó de Irlanda a Escocia, luego a Bretaña con la banda de Alan Stivell y desde el Finistère francés a Galicia con Milladoiro y gracias a ellos se dio a conocer en Asturias. Grupos asturianos de folk celta como Beleño, Llan de Cubel, Felpeyu o Corquiéu, influenciados por el interceltismo musical de los 80s y 90s, incluyeron el bodhrán en su música, no sin críticas del sector más purista de la música tradicional asturiana.
Pero lo cierto es que el ceazu se empleó como sustituto del pandero en la música asturiana, y además en concejos como Al.ler, L.lena, Tinéu o Grau los etnógrafos musicales documentaron hace ya muchas décadas su empleo musical con una baqueta de unos 25 cm provista de dos puntas para golpear la membrana con ambos extremos, exactamente lo que se hace con el bodhrán.
Así que este instrumento tan común en la Música Celta, visto desde esa perspectiva, puede considerarse no tan ajeno a la música popular asturiana